Dolores

Los dolores hay que guardarlos.
No para siempre, pero por un tiempo, guardarlos.
Guardarlos, porque nos pertenecen, son nuestros y de nadie más. Al final, fuimos nosotros quienes dejamos que dolieran, dándoles vida y ofreciéndoles nuestro andar como su hogar.
Guardarlos, porque son el último dedo por soltar de la mano que ya no está.
Guardarlos hasta estar listos para no querer guardarlos más.
Los dolores hay que guardarlos, no enterrarlos ni prestarlos, porque llegará el día en que
nos toque al fin liberarlos.

Me gusta Cargando…
VOLVER ATRAS

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

ESCRITURA CREATIVA

%d